El cambio climático provoca el derretimiento de los casquetes polares, haciendo que el nivel de los mares y océanos aumente, provocando una sobrecarga de energía. Esta energía, es abocada en forma de fenómenos y temporales “cada vez más violentos”, según Green Peace.
El fenómeno, ‘Gloria’, sucede por el contraste entre la gota fría (o DANA) que ha llegado desde el norte de Europa a las costas españolas con el ambiente cálido del Mediterráneo, generando un “remolino” de baja presión que causa fuertes vientos y arrastra con ella, la humedad del mar hacia la costa. Cuando el aire cálido y húmedo sube hacia el aire frío, las nubes se condensan, provocando cúmulos de nubes (cumulonimbos) que descargan fuertes lluvias: las mismas que han arrasado con ciudades catalanas, valencianas y baleares.
Teniendo en cuenta que, según publica Science, la última década ha sido la más cálida en lo que se refiere a temperaturas oceánicas, con récord en 2019, y que la tendencia sigue al alza, cabe esperar que los episodios serán cada vez peores.
Gloria no ha dejado solo ciudades destrozadas a su paso, sino que ha ayudado al mar a devolvernos toda la basura que le evocamos a diario. Tras el paso de Gloria por las costas mediterráneas, las playas han quedado inundadas de toneladas de plásticos y otros desechos tóxicos, llevándose la arena. Abundan las botellas y envases de plástico, los zapatos, los tampones y los palos de caramelo, así como restos de edificaciones, pavimento y mobiliario urbano destruido por el temporal, incluso piezas de juguetes de plástico, toallitas húmedas, pegatinas, envoltorios de galletas y caramelos, yogures y ornamentos de Navidad.
A medida que crece el nivel de consumo en las sociedades, crece también la cantidad de residuos que producen. Para garantizar un estilo de vida sostenible que no hipoteque el de las generaciones futuras es necesario aplicar una política consistente frente al tratamiento de estos residuos. Reducir nuestro consumo no solo favorecerá a que nuestros mares y océanos tengan menos “porquería” (y por ende, los animales tengan un espacio digno donde vivir), sino que también ayuda a reducir las emisiones de CO2 que lanzamos a la atmósfera al tratar residuos plásticos: emisiones responsables, en gran parte, del calentamiento global.
También puedes organizar una recolecta de residuos en tu ciudad o barrio, organizarte con compañerxs, amigxs, familiares o desconocidxs. No importa qué tan grandes o pequeños sean los desechos que recojan de las playas, aquellos que puedan ser reciclados, significarán una amenaza menos para el ecosistema marino, la ingesta de plásticos por la fauna marina, reducción de toxinas en el ambiente...
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