La masturbación forma parte de la sexualidad humana. Ya sea para darse auto-placer o darle placer a alguien más, es importante conocer cómo funciona nuestro cuerpo, qué prácticas nos provocan sensaciones agradables y cuáles nos desagradan, cómo funcionan los orgasmos y qué diantres es la eyaculación femenina. Recientemente, tras la aparición del Satisfyer (o el succionado de clítoris) en los medios de comunicación, se ha visibilizado a escala mundial el placer y el orgasmo femenino. No obstante, en muchas ocasiones, todo y haber tenido (o tener de forma frecuente) relaciones sexuales, hay personas con vagina que aún desconocen el inmenso mundo de la masturbación femenina.
¿Es la masturbación un “preliminar”?
Existen muchas formas de relacionarse sexualmente. La masturbación, así como el sexo oral, el sexo anal (y otras prácticas) es una manera más de hacerlo. Lo bonito de ella es que puedes hacértelo a tí mismx. Debido a la falta de un programa de educación sexual integral (y el gran impacto de la pornografía), la masturbación ha quedado renegada como una práctica “de segundo plato”: hemos aprendido que el coito es la meta final y la única “mejor” manera de alcanzar placer. Cabe destacar que el sexo no está basado en una penetración: existen todo tipo de cuerpos y para ello, todo tipo de prácticas que se acomodan a cada cuerpo. En realidad va mucho más allá de la penetración: cabe darle la misma importancia a la masturbación que al coito, así como a cualquier práctica sexual que (de forma consensuada) sea llevada a cabo por tu pareja sexual (o las personas con las que mantienes relaciones). A demás, la masturbación a vaginas da mucho para jugar, ¿sabías que no todas las personas con vagina pueden tener un orgasmo solamente con una penetración?
Imaginemos la vagina como un control de videojuegos: tiene muchos botones y acciones, al presionar cada uno de ellos, la reacción del cuerpo es diferente y por ello, las sensaciones también lo serán. Uno de estos ‘botoncitos’ se presiona al penetrar. No obstante, existen muchos otros botones que, gracias a la masturbación, pueden llegar a ser presionados. El sexo va mucho más allá de la penetración y cada acto, cada momento, cada cosa que hagamos, deberíamos tomárnosla como el evento principal, como el objetivo, solo así conseguiremos gozar de una sexualidad variada y que satisfaga a todo el mundo, es decir, más igualitaria.
¿Qué sabemos de nuestros cuerpos?
¿Alguna vez te has autoexplorado? ¿Qué zonas erógenas has encontrado?
Nuestros cuerpos son una maravilla: podemos recibir (¡y dar!) placer, no solo a través de nuestros genitales, pero con otras partes de nuestro cuerpo. El punto es encontrar cuáles. Para ello, es necesario auto-explorarse, conocer nuestro cuerpo para saber qué lugares nos excitan, qué cosas nos gustan y poder, así, compartirlo con nuestra(s) pareja(s) sexual(es). De otra manera, ¿cómo vas a saber qué sí y qué no? Masturbarse no solo es una forma de darse placer a sí mismx, también es una manera de conocerte. La auto-exploración ha sido muy mitificada y satanizada durante años, ¿alguna vez has escuchado bulos como que ‘las mujeres no se masturban’ o que ‘si te masturbas pierdes apetito sexual’? Cuando una persona descubre su sexualidad a través de la masturbación, las relaciones sexuales que entable con demás personas a posteriori serán mucho más placenteras debido a que conocerá qué puntos son aquellos que le hacen temblar. Hay que recordar que cada persona pasa por su propio proceso de construcción de la sexualidad, pues es necesario no presionarnos en hacerlo si es algo que no nos apetece y, en caso que decidamos hacerlo, recordar que el orgasmo no siempre es el destino final. ¡Es posible masturbarse solo para concerte y no para darte placer!
Estas son algunas de las partes de la vagina con las que puedes auto-explorarte. El ano también es una fuente de placer. Como ya hemos recordado antes, el placer sexual no solo se obtiene a través de los genitales. Existen muchas otras zonas erógenas en nuestros cuerpos que no necesariamente involucran una vagina o un pene: el cuello, la espalda, las piernas… Para la auto-exploración, será importante también atreverse a descubrir qué otras zonas de nuestros cuerpos nos resultan excitantes al rozar.
¿Existe una "técnica definitiva"?
No. Cada cuerpo es distinto y por ende, cada vagina también lo es: vienen en todos los tamaños, sabores, colores, texturas... aunque sí es verdad qué hay zonas como el clítoris o el famoso “punto G” que contienen más puntos nerviosos que otras, a cada persona le va a satisfacer una cosa distinta. Para saber qué le gusta a la vagina que pretendes masturbar, es tan simple como preguntarlo. La comunicación es fundamental para entablar cualquier relación sexual saludable. Si la persona a la que vas a masturbar no sabe qué le gusta, es posible que experimenten juntxs. Pero recuerda: toda práctica sexual debe tener un consentimiento explícito previo y con ello, importante entablar un clima de confianza en el que todas las partes involucradas se sientan en libertad de abandonar la práctica en cualquier momento si no se sienten cómodas. La única ‘técnica definitiva’ para tener relaciones sexuales placenteras es dar y pedir consentimiento explícito a la otra persona sin presión alguna de por medio.
¿Qué puedo usar para masturbarme o masturbar a alguien con vagina?
Aunque desde la mirada patriarcal solo se hable de dildos, penes y calabacines, para estimular satisfactoriamente una vagina, tu mejor aliada es la creatividad. Restregarse con almohadas, el borde del colchón, sillas, mesas, usar el chorro de la ducha o de las piscinas, los vibradores, la vibración del teléfono, la contracción de unos muslos cruzados estratégicamente, tus dedos, sus dedos, la rodilla... Cualquier instrumento sirve para la estimulación del clítoris. Asegúrate de mantener una higiene regular en los objetos que decidas usar y si vas a compartirlos (o a usar una fruta o un vegetal) será imprescindible el uso del preservativo. El lubricante a base de agua o silicon (así como otras variantes de lubricantes como los térmicos, ecológicos o de supositorio) también pueden ser tus aliados al momento de masturbarte o masturbar una persona con vulva.
¿Siempre tengo que llegar al orgasmo?
Se tiene la falsa idea que el sexo ‘se acaba’ cuando una de las partes (o ambas) alcanzan el orgasmo. Y es que el sexo va mucho más allá: es conexión, es placer, es energía y es vida. Hacer del orgasmo la meta final de las relaciones sexuales genitales (aunque sea en solitario) provoca que el proceso por el que se alcanza este orgasmo sea menospreciado, evaluando la relación en función de la presencia o ausencia del orgasmo. Y esta persecución del orgasmo a veces provoca que nunca se alcance. El problema de hacer del orgasmo el único objetivo es que pone presión a unx mismx o a la pareja/personas con las que entablas la relación sexual. Para alcanzar un orgasmo es necesario no solo un clima de confianza y consentimiento, sino que un cierto nivel de relajación corporal, mental, hormonal y emocional. No tener orgasmos pero disfrutar de las relaciones sexuales es completamente normal. El orgasmo y el placer no son equiparables: el orgasmo se produce por una serie de procesos tanto corporales como mentales. La respuesta biológica viene determinada por los estímulos generados en la fase de excitación, pudiendo ser éstos físicos o/y mentales. ¿Nunca habías escuchado eso que ‘el sexo es mental’?
El clítoris: ¿qué es, dónde está, cómo funciona?
A demás de ser un órgano muy silenciado, es el único en el cuerpo de personas con vagina destinado, únicamente, al placer. Si bien cada clítoris es distinto, en promedio miden entre 9 y 11 centímetros. Aunque si alguna vez has visto una vagina y recuerdas ver el clítoris, probablemente hayas visto una pequeña ‘bolita’ saliendo entre el capuchón, situado en la parte superior de los labios mayores. Esta bolita es solo la punta del iceberg. El clítoris tiene una forma así:
El glande es esta ‘bolita’ que mencionábamos. Lo demás resulta oculto por los labios menores y mayores. El glande es un órgano eréctil, por lo que si se estimula, puede llegar a alcanzar entre 10 y 15 milímetros de longitud. Una buena forma de estimularlo podría ser masajeando los labios y los alrededores del orificio vaginal puesto que bajo ellos, se encuentran otras partes del clítoris. Aunque el glande es el que se lleva la mayor cantidad de nervios (8000, el doble que un pene), el cuerpo cavernoso del clítoris se hinchará cuando la persona con la vagina esté excitada. De esta forma, el glande se hace más grande y visible, sobresaliendo en ocasiones del capuchón. Digamos que, si una persona con vagina está excitada, su clítoris se va a hinchar, quedando el glande más al descubierto y el cuerpo cavernoso ‘abrazando’ el orificio vaginal. Es por ello que podemos tener orgasmos solo con la penetración: en realidad con esta práctica también se está estimulando el clítoris.
¿Las personas con vagina eyaculan?
Todas las personas con vagina pueden eyacular. La eyaculación no es más que la respuesta sexual de nuestros cuerpos a una estimulación previa. Desde la pornografía, vemos vaginas que disparan litros del famoso ‘squirting’, mitificando la eyaculación al punto de creer que el squirting excesivo es la única representación de la eyaculación que existe. En realidad la cantidad de eyaculación que puede salir de una vagina varía desde los 50 mililitros a los 4mL. Cuando una vagina está siendo estimulada, el fluido empezará a producirse y acumularse por las glándulas uretrales, mismas encargadas de la eyaculación. La uretra en las vaginas mide 3 cm aproximadamente y en ese espacio hay unas 30 glándulas. El fluido está en la próstata (sí, las personas con vagina también tenemos próstata), compuesta por las glándulas uretrales, parauretrales y el conducto de Skene. La eyaculación vaginal es un líquido incoloro, inodoro y que no mancha. Al contrario de lo que se piensa, la eyaculación tampoco es orina ni lubricación: el fluido contiene antígeno prostático específico (PSA), mismo que se encuentra en el semen. Es posible tener orgasmos sin eyacular así como emitir este fluido sin la necesidad de un orgasmo.
Olor y sabor
Las vaginas son como los helados: existen de todos los sabores, olores, colores, texturas, con más o menos bello, con piercings decorativos, con manchas o cicatrices y lunares… No existe un “modelo de vagina ideal” porque no hay solo una forma de tener vagina. El olor y el sabor que tenga nuestra vagina va a venir dado por una serie de componentes relacionados con la alimentación, las hormonas, la higiene… Por lo general, ninguna parte de nuestros cuerpos debería “oler mal”. Sin embargo, en caso que exista una infección o una enfermedad de transmisión sexual (o de otro tipo) es posible que el olor y sabor de la vagina se vuelva más “fuerte”. Cabe consultarlo con la ginecóloga correspondiente. A veces, el olor y el sabor que tenga nuestra vagina puede depender, incluso, de si hemos usado un preservativo con antelación o variar por el tipo de material de la ropa interior. Otro aspecto que provoca un olor fuerte es el método de recolección de la menstruación. Las personas menstruales que usan productos de plástico para la regla (como compresas, salva-slips y tampones) es posible que tengan un olor y sabor en la vagina más notorio que aquellas personas que optan por la copa menstrual o las compresas de tela. Este hecho está relacionado con los materiales: el plástico es un componente tóxico para nuestros cuerpos.
Si tengo un DIU, ¿me va a doler masturbarme o que me masturben?
Si decides masturbar tu vagina (o la de otra persona) con un dildo u otro objeto más grande que los dedos y la persona en cuestión tiene un DIU (dispositivo intrauterino), no tendría que suponer problema. Es más, es posible que las personas que optan por insertarse un DIU se sientan más seguras al momento de tener relaciones sexuales de penetración con un pene: el DIU tiene una efectividad del 99% por lo que con él, casi no se corre el riesgo de tener un embarazo no deseado. Sin embargo, si el DIU se llegara a mover durante las relaciones sexuales, podría causar dolor. Algunas veces, el DIU entra en contacto con el endometrio, por lo que existe la posibilidad (muy nula) de que la persona con el DIU sangre después de tener relaciones sexuales de penetración.
Es casi imposible que el dispositivo se mueva durante las relaciones sexuales, pues está colocado en el cuello uterino, mucho más arriba de lo que un pene o dildo pudiese llegar. Si acabas de insertarte un DIU y notas molestias durante relaciones sexuales, es importante que acudas a tu ginecóloga para descartar cualquier tipo de infección o enfermedad de Transmisión Sexual.
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