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Writer's pictureMarta Tiana

Kill Bill: un análisis en clave feminista

Varias veces me han recomendado el famoso cuarto filme de Quentin Tarantino bajo el argumento que, como la actriz principal es una mujer asesina, la película 'empiedra' a las mujeres y es 'feminista'. Por eso he decidido analizar la película en clave feminista.


¡Spoiler Alert!


En una primera parte de este análisis dudé en clasificar a la película como un filme que “empodera a la mujer”. Tras ponerme los lentes de la perspectiva de género me di cuenta que  clasificarlo como tal sería un error; decir que Kill Bill es una película que ‘nos gustará mucho a las mujeres porque las empodera’ es perpetuar todos los estereotipos patriarcales que desde hace unos años se han ido ocultando. Con ‘estereotipos patriarcales’ me refiero a toda la misoginia que oculta el filme de Tarantino. Para poder defender mi idea, he realizado una deconstrucción del filme en clave feminista. La cuestión es la siguiente:


¿Se trata de una mujer joven que se ‘venga’ de su ex-novio porque éste le asesinó al futuro-marido y a su bebé o se trata solamente de una persona haciendo justicia? Está claro que, si la protagonista hubiera sido un hombre se hubiera vengado matándolos a todo por igual. No obstante, la protagonista sufre violaciones mientras estaba en comatosa; en el caso de un hombre protagonista muy probablemente no hubiera pasado esto. Sin embargo, la protagonista se entera de ello y lo ajusticia. Aquí me gusta recordar que el guionista es un hombre y que, por lo tanto, cuenta la historia desde la perspectiva de género de tal. ¿Era necesaria esa escena para la trama general de la película? ¿Qué pretendía mostrar Tarantino, la violencia sexual que sufrimos las mujeres o simplemente una escena de extrema violencia sexual para justificar la personalidad de Beatrix?


Otro aspecto que me ha parecido curioso de la película es la apariencia (¡y sobre todo, vestuario!) en comparación de los actores contra las de las actrices. Para empezar, todas ellas cumplen, estereotípicamente, el ‘perfecto’ de una mujer. Está claro el mensaje aquí: las mujeres fuertes que pelean solo son las guapas y delgadas. ¡Ah! y por supuesto, todas deben ser madres. ¿Cómo iba a imaginarse Tarantino un personaje mujer sin que fuera madre? ¿Será por esto que el tema del aborto no se trata de la misma forma del que se trata la maternidad? Por otro lado, mientras que en todas las peleas los actores llevaban ropa debida para las peleas o las ocasiones, como pantalones cómodos, trajes del trabajo o ropa simplemente convencional, las mujeres que aparecen en pantalla vienen o A) vestidas con trajes típicos orientales (derivado del respeto de Tarantino frente a la cultura oriental) o B) trajes pegados (claramente incómodos para pelear), faldas cortas, escotes y ombligueras. Sin contar, por supuesto, que Beatrix lucirá el traje que lució Bruce Lee en Game of Death, 1978. Importante recordar que todas las actrices cumplen las demandas mediáticas de la época en cuanto a sus apariencias y figuras de actrices estrella). Importante también mencionar que aquí que con estas vestimentas se están cumpliendo estereotipos de género y perpetuando el binarismo del mismo. Otro tema que cabe mencionar aquí es la gran invisibilización que se le da al colectivo LGBTIQA+  y por la que, desde el feminismo, luchamos también. Todas las relaciones que aparecen en pantalla se presentan en formato heteronormativo y todos los personajes son, también, parte del sistema de género binario. 


Desde el feminismo defendemos la sororidad; el apoyo entre todas nosotras porque luchando unidas nos haremos más fuertes. Es por esto que el filme de Tarantino irrumpe con nuestro mantra; se traduce (más el volumen primero que el segundo) en peleas de mujeres contra mujeres. Este hecho me parece preocupante debido al mensaje que se perpetúa, una vez más en pantalla, de la constante competitividad que existe entre algunas mujeres. Es, como los demás, un estereotipo patriarcal; una idea que ha nacido de la mentalidad que debemos luchar siempre entre nosotras en lugar de por nosotras. Considero que es importante recalcar aquí que la protagonista está motivada a realizar toda su venganza principalmente por un hombre con tres ‘ayudantes’ mujeres (en el volumen 1), lo que muestra toda la primera parte de la película el constante odio entre las mujeres. Me sorprende mucho, por ejemplo, la escena de la primera pelea de Beatrix con una de sus contrincantes: entre las dos mujeres existe un odio inmenso, repleto de insultos como “puta” (en inglés, bitch). ¿Puta no era la que ejercía un trabajo sexual a cambio de dinero? ¿Otra vez denigrando trabajos o personas? 



Y por último, he estado pensando también en las edades de la relación de Bill y Beatrix y me he dado cuenta que David Carradine tenía 67 años mientras que Uma Thurman 33, lo que él le doblaba la edad. No he podido encontrar información que este hecho causase ruido alguno. No obstante, si hubiera salido en pantalla una relación de una ‘señora mayor’ como Bill y ‘un chaval’ como Beatrix, estpy convencida que lo hubiera hecho. He aquí un ejemplo de cómo, la cultura patriarcal está tan alineada con nosotrxs que socialmente ‘es normal’ que en una relación de pareja el hombre sea el mayor, mientras que –sobre todo en personas más jóvenes– que una mujer lo sea, siempre causa ruido. 


Es por todos estos motivos que considero que –dejando de lado el qué tanto me haya gustado el filme–, Kill Bill no es una película apta para recomendarla bajo el título de ‘feminista’ o que ‘empodera a las mujeres’; no concuerdan con los ideales feministas ni con mi realidad como mujer bisexual cisgénero.

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