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Writer's pictureMarta Tiana

Dos chicas denuncian a un hotel por homofobia y explotación laboral

Updated: Jun 30, 2020

  • En verano del 2019, Gemma y Laura fueron despedidas “sin motivos demostrables”, según aclaran, del Hotel Altafulla Mar, provincia de Tarragona

  • Entre otras discriminaciones, las jóvenes declaran que el Mâitre del hotel se refería a ellas como ‘tijeritas 1’ y ‘tijeritas 2’

Acció Sindical el Bages y otras asociaciones LGBTIQA+ de Tarragona y del Bages han colaborado con la pareja y realizado un vídeo-campaña de denuncia contra las acciones del Hotel Altafulla Mar. El vídeo, donde aparecen distintas personas de todas las edades y géneros denunciando el acto, llegó a más de dos mil visualizaciones en los primeros diez minutos.


En agosto del 2019 Laura, de origen manresano, empezó a trabajar en el Hotel Altafulla Mar como ayudante de camarera. Su pareja, Gemma, se uniría una semana más tarde, después que Laura hablase con Eduardo del Valle, Mâitre del hotel, y éste, accediese a la petición. Cuando Gemma llegó a la oficina de Eduardo, la recibió diciéndole que “se esperaba a un chico”. Aunque este comentario no supuso nada grave en aquél momento, dos semanas más tarde las dos bagencas fueron despedidas del hotel “sin motivos demostrables”, según se estipula en las denuncias tanto hacia el hotel como el Mâitre. El despido, sin embargo, no fue en vano, ambas declararon haber sufrido comentarios homófobos, sexistas y de superioridad mientras sus derechos laborales eran vulnerados.


Entre los “constantes malos tratos del Mâitre”, Gemma y Laura descubrieron que éste se refería a ellas como ‘tijeritas 1’ y ‘tijeritas 2’ por el hecho de ser pareja. Según las jóvenes, “Mujeres a fregar” y demás comentarios constantes –a veces, incluso, racistas hacia lxs empleadxs inmigrantes–, eran el pan de cada día. Además, en la denuncia figura que el hotel había vulnerado los derechos laborales de las trabajadoras, puesto que trabajaban horas extras no remuneradas, sufrían cambios de horario constantes y sin previo aviso. Claudia y M, –quien prefiere no revelar su identidad–, son otras trabajadoras del hotel que me cedieron entrevistas, y ambas afirman haber sufrido estas mismas condiciones laborales.


Claudia, la encargada de la caja en uno de los bufés del hotel, reitera haber escuchado varios comentarios fuera de lugar por parte del Mâitre, Eduardo: “Entre comentarios homófobos y sexistas, un día llegó borracho a trabajar y tuvieron que mandarlo a casa. Pasaban un seguido de cosas que no se sostenían por ningún lado”, declara Claudia, quien explica que en alguna ocasión se había enfrentado al Mâitre para decirle que sus actitudes no le parecían correctas. La encargada de caja también me explica que cuando se enteró que Gemma y Laura iban a ser despedidas, ella fue quien les explicó que el Mâitre se refería a ellas como ‘tijeritas’.

Gemma: “No sabíamos realmente lo que habíamos sufrido hasta que lo hablamos con nuestro abogado”

Pusieron las denuncias ‘tras su ser despedidas sin motivos demostrables’. Según acusan, Eduardo les cedió los papeles el día que ellas decidieron encararlo por sus malos tratos. “Le pedimos al Mâitre si podíamos hablar con él porque llevaba 4 días sin hablarnos y cuando lo hicimos nos llevó a una oficina y nos entregó los papeles del despido”. Además, los papeles del finiquito contenían errores y el hotel les pidió que firmaran de todas formas. M, era camarera de planta con Laura. M declara que “la razón por la que el Mâitre nos dijo (al resto de trabajadorxs) que Gemma y Laura estaban despedidas fue porque la mujer del director se había quejado de Laura. Entonces una compañera fue a preguntarle y la mujer lo negó, lo que demostraba que Eduardo nos había mentido”. Además, según me explica M, el hotel no contrató a ningúnx substitutx de Gemma y Laura tras su despido, lo que sobrecargó el trabajo de lxs demás trabajadorxs.


Gemma y Laura ya llevan un año con el proceso judicial y aún les queda mucho por recorrer. Tras dos intentos de conciliación con lxs abogadxs del hotel y lxs de Eduardo del Valle, no pudieron llegar a ningún acuerdo puesto que el hotel no reconoció ninguno de los hechos que se le reclamaban. Las justificaciones del hotel hacia el despido de las jóvenes son escasas; para despedirlas les dijeron que Laura “había tardado mucho un día para beber agua” y que ambas eran “bastante flojitas” para las tareas que eran encomendadas. Según comentan mis entrevistadas –tanto las dos jóvenes como Claudia y M–, todxs lxs demás trabajadorxs de planta ya sabían que iban a ser despedidas antes que se les comunicara oficialmente por parte del hotel. En estos momentos el Hotel Altafulla Mar “no puede ceder información sobre el caso porque lo están llevando los abogados y pronto va a haber el juicio”, me comenta Jordi, el actual director del hotel.


La demanda de Laura y Gemma no es la primera ni la última en quedar sin respuesta; al año, solo el 35% de los abusos homófobos en Catalunya se denuncian, según un informe de El Periódico de junio del 2019. Estas cifras demuestran la infradenuncia en abusos homófobos. El Observatorio contra la Homofobia, constató el año pasado 113 actos de discriminación al colectivo LGBTIQA+. Según la misma oenegé, solamente un 8% del total de los casos que sí llegan a denunciarse, ocurre en lugares de trabajo.




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