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Writer's pictureMarta Tiana

Paul B. Preciado es galardonado con el Premi Internacional J.B. Cerdós

Updated: Dec 14, 2019

El filósofo feminista y comisario de arte Paul B. Preciado, se le fue otorgado ayer, 12 de diciembre el Premi Internacional J.B. Cerdós por la Òmnium Cultural. Le reconocen su “compromiso inequívoco a la hora de defender los derechos y las libertades que ejemplifica el concepto de luchas compartidas”.

Paul B. Preciado destaca por ser uno de los principales referentes en España de la Teoría Queer y la filosofía de género. Ha sido discípulo de Ágnes Heller y Jacques Derrida. Lo 'descubrí' el año pasado, por casualidad, en una conferencia organizada por el Centre de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) y en colaboración con el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA). La conferencia se titulaba género, sexo y sexualidad en el capitalismo tecnopatriarcal: hacia una mutación de paradigma. La conferencia giraba entorno a la necesidad de renovación de los gobiernos y reglamentos actuales para una mejor adaptación y establecimiento, igualdad y equidad para las personas que no viven bajo los privilegios del hombre blanco cis-heterosexual.


La conferencia fue organizada por el CCCB en colaboración con el MACBA


El cambio de paradigma


“Hay que fragmentar las políticas de identidad y dar paso a la mutación de un nuevo paradigma” afirmó el filósofo contemporáneo y activista Paul B. Preciado en la Plaça Joan Coromines de Barcelona. Nos dejó intrigadas a mí y a mil-y-tantas otras personas que asistimos a la conferencia género, sexo y sexualidad en el capitalismo tecnopatriarcal: hacia una mutación de paradigma, organizado por el CCCB y en colaboración del MACBA. En poco más de una hora, Preciado nos explicó los principales problemas de la era postmoderna en la que vivimos -todos referentes a los conceptos de masculinidad y feminidad, así como la heterosexualidad y la homosexualidad-, nociones recientemente afectadas por el gran impacto de las tecnologías farmacológicas e informáticas que están transformando al mundo. 

Cuando llegué la plaza estaba repleta; el día anterior el mismo centro había organizado otra conferencia con Judith Butler, filósofa contemporánea y activista sobre feminismos -y la autora de la teoría queer- quien aplanó el terreno para Preciado. Las palabras del filósofo resonaban por las paredes de piedra rosada del archivo del CCCB y los vidrios de la Facultad de Comunicación y Relaciones Internacionales de Blanquerna causando una gran impresión a jóvenes y viejxs.  

Preciado planteó algo simple: empezó dando un contexto científico-cultural al respecto de las nuevas tecnologías en farmacología e informática y explicó que gracias a los grandes avances en nuevas maneras de reproducción, el concepto de sexualidad humana se ha transformado en una subjetividad: es por ello que -según el mismo- es importante reestructurar las configuraciones reglamentarias establecidas en la política actual. Paul continuó aclarándonos que a esta nueva era -revolucionaria en su totalidad por las tecnologías- él le llama El tecnopatriarcado barroco y que esto es debido a que vivimos en un patriarcado influido en su totalidad por la ciencia y el technos y que, al mismo tiempo, está configurado por una mezcla de situaciones sociales e históricas de los últimos sesenta años y que siguen manteniendo lazos con nuestro presente que han afectado -y aún siguen haciéndolo- a los conceptos de género, sexo y sexualidad humana. 

Uno de estos hechos históricos, según Preciado, es lo que él llama El padre necropolítico. Este “padre” hace referencia al primer registro que se tiene del hombre como tal. Es el padre religioso. Eran épocas en las que había “un régimen necropatriarcal que solo el cuerpo masculino es soberano”. Las mujeres no pegaban ni en pintura porque “solo había un sexo, el masculino”. Únicamente cabía en el registro la existencia de un solo sexo. A esto, cabe sumarle otro acontecimiento histórico que el filósofo apoda La madre biopolítica. A finales del siglo XIX, “el cuerpo femenino aparece como una gestión de la vida”. Es decir: el cuerpo de la mujer ya está considerado en el mapa pero solo con propósitos reproductivos. Por ende, el sexo masculino sigue siendo el soberano, mientras que el femenino es el gestor. De hecho, Paul menciona que el concepto de feminismo surge debido a la Tuberculosis: eran feministas aquellos hombres que padecían dicha enfermedad. Por supuesto que, más tarde, los feministas fueron aquellos hombres que apoyaban al movimiento por la equidad y mucho más tarde, las propias mujeres defensoras de sus derechos fueron las que de apropiaron del mote. 

La palabra feminista surge en el siglo XIX en Francia; se les llamaba así a los hombres que padecían tuberculosis. Más tarde el término es aclamado por los hombres que apoyaban la lucha por la igualdad de géneros y después adoptado por las propias sufragistas.

El último hecho que marca esta era del tecnopatriarcado es un concepto un poco extraño; he de reconocer que fue difícil de comprender. Preciado se refirió a él como El ciborg farmapornográfico que surge durante la Guerra Mundial II. Este hecho -por extraño que suene- hace referencia a las apariciones de la tecnología en cuanto a sistemas de reproducción asistida. O sea, básicamente cuando la ciencia toma un papel importante en la gestación de bebés. Es ahí, cuando la noción de género entra en nuestro idioma y por fin, las tecnologías avanzan hasta que ahora, podemos “reasignar” géneros: triunfo para las personas trans. 

Es por todas estas razones e imposiciones culturales e históricas, que el filósofo reclamaba la renovación de los gobiernos y reglamentos actuales para una mejor adaptación y establecimiento, así como igualdad y equidad, para todas aquellas personas que no viven bajo los privilegios del hombre blanco heterosexual. 

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